CASANARE NATURALMENTE

Cordillera, llanos, planicies, montañas, plantaciones vegetales, hatos ganaderos… y toda una amalgama única, hace de este destino uno de los más apetecidos por quienes buscan lugares únicos, místicos y lejanos del ruido.

Más allá de su historia e, incluso, de sus leyendas que se hilaron alrededor de la industria de los hidrocarburos, y la llamada “bonanza petrolera”, Casanare y sus más de 420 mil habitantes están enfocados en llevar viajeros para se impregnen de su magia y belleza.

El tema ambiental lidera la propuesta turística del departamento, teniendo como punto de referencia el hecho ser el primero con mayor cantidad de kilómetros cuadrados de Reserva de Sociedad Civil. Esto significa, que los propietarios de sus fincas o hatos, no pueden hacer intervenciones en esas zonas, consideradas turísticas.

Muchas de ellas, son hoy atractivos para los viajeros que pueden hacer trabajos de campo, como montar a caballo, marcas el ganado y todo lo que conlleva ser un llanero raso. No en vano, en el norte del departamento se invita a disfrutar un día de safari llanero, ya sea a caballo o en camionetas, que llevan llano adentro, en medio de un paisaje de ensueño.

La oferta de destinos se complementa con municipios como Pore, declarado el decimoctavo Pueblo Patrimonio de Colombia en 2018; Orocué, a orillas del río Meta, considerado el primer puerto fluvial de la región. En el poblado se conserva como casa-museo el lugar en donde José Eustasio Rivera escribió La Vorágine.

En la actualidad, el turismo de la región está enfocado en eventos, convenciones y encuentros empresariales, así como viajeros que buscan experiencias nuevas, sin una inversión extrema en recursos. Así como turismo de alto nivel en hoteles que se especializan en turismo internacional, en donde se ofrecen servicios únicos y exclusivos.

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