VIAJES ESCÉNICOS: ALREDEDOR DE LAS GRANDES CIUDADES

Las ciudades intermedias y grandes urbes de Colombia no son ajenas al fenómeno mundial del endemoniado tráfico pesado. Aquí le llamamos “trancón” o “taco”. Por tanto, los circuitos alrededor de estos centros urbanos son más que recomendados, pues además de huir de la barahúnda, se puede contemplar cómo son las costumbres de antaño que se niegan a desaparecer, gracias a los habitantes de los pueblos típicos que se aferran a un pasado bonito.  He aquí la selección de los mejores circuitos que se pueden hacer en un solo día, es decir partiendo a las 8 a.m. para regresar tipo 7 p.m.

  • Vuelta a la Sabana (Bogotá)

Tomando la Autopista Norte en dirección a Zipaquirá, se pasa de largo por los pueblos de Chía y Cajicá para llegar a la Catedral de Sal, considerada la Primera Maravilla de Colombia. Dos horas en promedio toma el recorrido por entre las entrañas esta hermosa obra de ingeniería esculpida a más de 180 metros bajo tierra. La idea es continuar luego por la vía a Tunja hasta Sesquilé, para tomar la carretera que bordea el embalse de Tominé y hacer una larga parada en Guatavita, un pueblo que semeja los villorrios andaluces. Seguidamente, se toma la Perimetral de Oriente que conduce hasta el pueblo de La Calera, deteniéndose en miradores para observar la belleza natural de la Sabana de Bogotá, al calor de un carajillo (bebida típica hecha de aguardiente y panela). Antes de ingresar de nuevo a Bogotá, por el oriente, la recomendación es observar el atardecer capitalino desde uno de los miradores.

  • Vuelta a Oriente (Medellín)


La vía Las Palmas, al suroriente de la ciudad, encumbra al viajero hasta Llanogrande, un hermoso sector de clima fresco que más bien parece sacado de la campiña suiza, y continuar hasta Carmen de Viboral, un agraciado pueblo de artesanos especializados en elaborar vajillas. Luego de las compras obligadas, a una hora de recorrido, se encuentra la majestuosa piedra del Peñol, gobernando la inmensidad de la represa de Guatapé, en donde se puede disfrutar de actividades náuticas con caminatas pausadas por las calles del pueblo que lleva su nombre. El regreso a la ciudad se hace por Marinilla y Guarne, para ingresar al Valle de Aburrá por el sector norte de la ciudad y visitar, de paso, los distintos municipios que conforman su área metropolitana.

  • Vuelta a La Vega (Bogotá)

Este circuito comprueba la posición privilegiada de Bogotá, que en unos cuantos minutos, se puede pasar del clima más frío al más caliente en un abrir y cerrar de ojos. Saliendo por la calle 80, la Autopista Medellín nos lleva en tan solo 45 minutos al veraniego municipio de La Vega, no sin antes atravesar tres pisos térmicos distintos, arropado en un paisaje que maravilla los ojos del viajero. Las frutas y las galguerías son la norma en este circuito que se prolonga hasta Villeta, con  su cálido clima que invita a pasar una tarde en un balneario.

  • Vuelta al Norte (Cali)

Saliendo por la vía al aeropuerto se llega a Palmira, la ciudad de las victorias (o carruajes) para, luego, seguir hasta el municipio El Cerrito, icónico escenario de la Hacienda El Paraíso, fuente de inspiración para la novela cumbre del romanticismo latinoamericano, La María. Aquí también se encuentra la Hacienda Piedechinche, sede el museo de la caña de azúcar. La siguiente parada es en Ginebra, un pueblo afamado por su música y su gastronomía, para finalmente llegar a Buga, pueblo patrimonio con una basílica visitada por miles de fieles. Hay que estirar el tiempo para encumbrarse hasta el lago Calima, a una hora y, luego regresar de un solo tirón, a Cali por la vía Yotoco – Yumbo y observar la majestuosidad del valle del río Cauca.

Share: