COLOMBIA DESDE EL AIRE

Bogotá: centenaria y postmodernista

Hay en la capital colombiana una abrumadora mezcla que une sus tiempos  pretéritos, escritos en La Candelaria, con una ciudad postmoderna que se extiende en los grandes centros empresariales que la convierten en una urbe de última generación. Pasado y presente confluyen en una ciudad hecha de historias, gastronomía, parques, centros comerciales y toda una oferta turística a merced de los más exigentes viajeros.

Santa Marta: sierra y mar

Es la ciudad más antigua de Colombia y el lugar donde reposan los restos del libertador Simón Bolívar. Tiene a su haber infinidad de playas que extrema belleza; la Sierra Nevada que sucumbe ante el mar, el pasado aún vigente con sus arhuacos; modernos y sofisticados hoteles y una hilera de moles de apartamentos que crecen como hongos por sus alrededores. La ciudad invita a conocerla, disfrutarla y amarla sin remedio.

Cali: al ritmo del viento

Es la “sucursal del cielo”, la “capital de la salsa”, y la más importante del suroccidente colombiano. La de la brisa de tarde, sus plazoletas, su Ermita, sus gatos, el río que la atraviesa, su Feria, que se celebra en diciembre, sus eventos de moda, su industria y sus mujeres que caminan al ritmo del viento y que son reconocidas en todo el mundo por su extremada belleza. Un destino con sabor a caña, música e historias por doquier.

Barranquilla: arenosa y carnavalesca

Ciudad portuaria, guarachera y nocturna, y a la vez madrugadora, laboriosa, puntual, creativa, negociante, científica, intelectual, práctica. Tierra del carnaval, territorio de misteriosa sensualidad, ciudad en donde los barcos atracaron llevando en sus bodegas toda la cultura del mundo. Fundada en el siglo XVII, en la margen izquierda del río Magdalena, es una auténtica caja de sorpresas
y recorrerla es atestiguar buena parte de aventuras y odiseas del hombre caribe.

Medellín, eternamente

La Ciudad de la Eterna Primavera, custodiada eternamente por colosales montañas; la ciudad en la que se han tejido historias de pujanza y progreso y ha sido de modelo de ciudad en todo el mundo; la capital de la moda, la casa de las regordetas esculturas de uno de sus más célebres hijos: el maestro Fernando Botero; el punto de encuentro de ferias y eventos artísticos, culturales que la han convertido en uno de los destinos más apetecidos.

Bucaramanga, naturalmente

La “ciudad bonita”, como se le ha denominado, resulta ser, merced a su colección de atributos, un destino ideal. Erguida sobre la cordillera Oriental, en estos dominios pernoctaron tribus que antes de la llegada española, ya tenían códigos y leyes que los hacían únicos. Hoy la ciudad ha crecido considerablemente en obras, infraestructura, festivales que se celebran bajo la sombra de los cultivos de guayaba y sus hermosos parques que la adornan.

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